Novedoso programa nuestra residencia de mayores para garantizar la tranquilidad a sus familiares. Aunque es habitual tener un libro de visitas por temas de seguridad en las residencias, este también se usa como «termometro» por parte de la trabajadora social para identificar cambios en el patrón de visitas a un determinado residente que puedan ser sintomas de un problema subyacente.
El cuidado de personas mayores, en una residencia, es un tema muy serio, relevante e importante. Debe llevarse a cabo por profesionales altamente reconocidos en su área de trabajo, en unas instalaciones adecuadas y con toda una serie de recursos materiales de calidad. Ha de ofrecer, en suma, las suficientes garantías tanto a los usuarios, en primera persona, como a sus familiares.
Conseguir la tranquilidad y confianza por parte de los familiares en las instituciones o centros a los que encomiendan el cuidado de sus familiares es una ambición lícita, razonable y parte clave para desarrollar un vínculo con la residencia.
Los vínculos familiares son vitales para el bienestar de la persona mayor que permanece en una residencia. Ese lazo no debe perderse, sino fortalecerse en el momento en que un familiar ingresa en un centro de dependencia. Los vínculos familiares son parte del proceso de recuperación y mejoría del anciano. Los familiares han de implicarse y colaborar con los profesionales sanitarios de la residencia para lograr un cuidado integral: en los aspectos médico, psíquico, afectivo, emocional y social.
Esto se produce porque, en líneas generales, los seres humanos somos seres sociales e interdependientes. Dichas situaciones se acentúan cuando una persona se vuelve dependiente y tiene que estar en una residencia de mayores.
Diversos estudios han certificado que las personas mayores que están en una residencia y reciben con frecuencia la visita de sus familiares y conocidos evidencian un menor deterioro psicosocial y una mayor percepción de bienestar que quienes se encuentran más solitarios.
En el caso de las personas que no tienen mucho contacto con personas de su familia o entorno, pueden ver parcialmente suplida esa carencia por personas voluntarias que ofrecen su solidaridad y tiempo para acompañarles, allá donde la familia no llega. Se trata de una labor no exenta, por otra parte, de profesionalidad.
Nuestro centro de ancianos de manises hemos implantado una novedosa práctica de que las residencias implantando de un libro de visitas digital que, en primer lugar, agiliza el registro de las visitas, ya que permite que las personas que lleguen al centro sean identificadas por su huella dactilar, evitanto los engorosos tramites de indentificarse y registrarse manualmente. En segundo término, esta tecnología es de gran utilidad para el trabajador social, que puede identificar cambios en los patrones de visita a un usuario. Además, al llevar un control más exhaustivo y fidedigno, el trabajador social puede reconocer una situación anómala o especial y poner las herramientas necesarias para subsanarla, corregirla o potenciarla, si esta es positiva para el paciente.
En definitiva, las nuevas tecnologías se ponen al servicio del bienestar y permiten ayudar, completar y mejorar la labor de los profesionales que trabajan en las residencias especializadas en el cuidado de los mayores, pero los vínculos familiares siguen siendo la parte más importante para los ancianos.