La Residencia San Francisco y San Vicente ha impulsado el proyecto “Cuidem Junts” en la población de Manises para combatir la soledad en las personas mayores de 65 años en la localidad de Manises.
Este proyecto se ha desarrollado durante todo el año 2020 con una inversión de 28.818,74€, de los cuales 13.510,66€ provienen de la concesión de ayudas dirigidas a la realización de programas de interés general para atender fines de interés social con cargo al tramo autonómico de la asignación tributaria del IRPF para el 2019, de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas. Tambien han apoyado el desarollo de este proyecto el Ayuntamiento de Manises y la Obra Social la Caixa.
El proyecto » Cuidem Junts» trata de combatir la soledad y el aislamiento social de las personas mayores de 65 años, que pueden tener o no algún tipo de dependencia, o necesidades de cuidado que agudicen aún más dicha situación o percepción de soledad.
El envejecimiento de la población, el aumento de la movilidad geográfica, la incorporación de la mujer al mundo laboral, los cambios en el modelo de familia tradicional, son algunas de las causas que están provocando un aumento de la soledad y el aislamiento, sobre todo en personas mayores. Los casos de personas que permanecen aisladas en sus domicilios, por exceso de barreras arquitectónicas, carencia de relaciones sociales/familiares, o situaciones sobrevenidas de dependencia van en aumento, son una constantes que aparece en los medios.
El 19’5% de las personas mayores viven en soledad, es decir, una de cada cuatro. Pese a que existen recursos sociales y sanitarios, públicos y privados diversos, las situaciones de soledad siguen aflorando, de ahí la necesidad de adoptar un enfoque diferente e innovador para tratar de mitigar la misma, al tiempo que se coordina y se hacen más efectivos los esfuerzos y recursos ya existentes, vertebrando los mismos, trabajando en red y procurando una plan de actuación dirigido a los beneficiarios, que prime los deseos de los mismos, y el imperativo de mantener en el entorno y el propio domicilio, mientras esto sea posible
El proyecto «Cuidem junts» trata de una intervención desde una metodología de acción-investigación, donde gestores de casos (TIS, TEOC, TS) han acutado como persona de contacto entre el usuario y los diferentes recursos sociales públicos y privados de la localidad.
Esta figura, además de ser una persona de contacto para el anciano, con visitas y contactos habituales, ha intentado trazar una red de contactos dentro del ámbito social, (los comerciantes del barrio: panaderos, carniceros, etc., pueden actuar como contactos de alerta, ante la detección de incidencia o problemas) creando una red centinela de vigilancia y prevención de posibles incidencias con las personas beneficiarias.
La gestión de casos permite establecer un proceso de colaboración para planificar servicios que satisfagan las necesidades de atención de la salud y de las personas a través de la comunicación con esta y sus proveedores de servicios y la coordinación de los recursos sociales y sanitarios, creando un mapa de recursos conectados, y un plan de atención dirigido a las personas beneficiarias, que utilizan estos recursos para combatir la soledad y mejorar su calidad de vida, dentro de una perspectiva de atención centrada en la persona.
Las visitas domiciliarias sirven además para recoger información sobre los casos, relativas al grado de dependencia, contactos familiares, barreras arquitectónicas, o preferencias de atención de las personas, de manera que la información sirva para elaborar un mapa de actuación, y un modelo de atención en la localidad.
Con este tipo de programas además de mitigar a la soledad se ofrece la posibilidad de retrasar el ingreso en centros o institucionalización, manteniéndose el mayor tiempo posible en los domicilios, con garantías de un apoyo emocional continuado y la gestión de los casos desde una perspectiva de coordinación de recursos que permita integrar los recursos mejorando la eficacia de los mismos y su eficiencia.
La soledad es un problema social, cuya constatación se hace patente hoy más que nunca en nuestra sociedad, los medios de comunicación así lo recogen en diferentes publicaciones, y también los estudios y las investigaciones sociales.
Además la soledad viene condicionada por factores sociodemográficos, con perfiles de riesgo muy definidos. Las características que actúan acrecentado este riesgo tienen que ver con la edad, pero también con el género, ya que existe un mayor riesgo de padecer soledad la mujeres y si son mayores aún más.
Es por eso que el proyecto se ha abordado desde una perspectiva de género. Las mujeres suelen vivir más años, y suelen pasar mayor tiempo en soledad por la viudedad, lo que puede aumentar el riesgo de aislamiento social y soledad. Pero además el estado civil, los bajos recursos económicos, y la pertenencia a etnias minoritarias, también son un determinante. Tanto el género como la edad, condicionan el mayor riesgo de padecer soledad y vienen en consonancia con las circunstancias vitales que suelen darse con el avance de la edad, vinculadas a las pérdidas de familiares y amigos, pero también a la pérdida de la propia salud.
Sabemos que un porcentaje muy alto de personas mayores viven la soledad no elegida. Esta se acrecienta con el envejecimiento pero también con el aumento de la dependencia. Junto con la escasa accesibilidad de las viviendas y el entorno en el que viven las personas mayores, son el caldo de cultivo para el aumento de la soledad y el aislamiento social. Actualmente en ambas poblaciones (Ontinyent y Manises) una media de un 17.30% de la población es mayor de 65 años, si extrapolamos el dato del Estudio de Soledad del CIS donde concluye que el 19,5% de las personas mayores viven en soledad, nos encontramos que 2.229 son personas potenciales de requerir algún tipo de apoyo por parte de servicios públicos o privados (personas mayores de 65 años de ambos municipios).
El avance de nuestra sociedad nos lleva hacia tipos de intervención cada vez más individualizados, pero sobretodo centrados en la persona. El “aging in place” o “aging at home”, se refiere a la preferencia de las personas mayores por seguir viviendo en sus propias casas, con cierto nivel de independencia en lugar de vivir en una residencia (Davey, Nana, de Joux & Arcus, 2004). Por eso la importancia de crear Servicios y realizar intervenciones que sean del agrado y satisfacción de los usuarios a quienes van dirigidas.
Para poder realizar programas adecuados, y llevar a nuestra sociedad hacia modelos amigables para las personas mayores, accesibles y con servicios de proximidad, es necesario conocer el punto de partida. La foto fija y actual del momento en el que nos encontramos para poder planificar las intervenciones futuras.
El proyecto tiene varias líneas de actuación. Una de ellas es la investigación- acción de la situación, donde se realiza una primera fase de intervención con usuarios, pero donde también se recogen datos de la situación de los mismos. (Tipo de vivienda, barreras arquitectónicas que presentan, servicios de proximidad accesibles, servicios utilizados, contactos familiares, tecnologías a los alcances…..) Con la intención de realizar ese mapa de actuación.
Otra línea de actuación del proyecto debería haber llevado consigo la participación de diferentes áreas municipales y públicas, con la coordinación de servicio sociales, voluntariado, servicios de proximidad, y entidades sin ánimo de lucro, que constituyen el tercer sector, y que tienen una visión solidaria. Sin embargo la pandemia de la COVID-19 ha supuesto un mayor aislamiento de las personas mayores al limitarse su participación en las actividades comunitarias.
La realización de servicios de acompañamientos puntuales a servicios especializados o visitas médicas, así como para la realización de diferentes gestiones, de las personas que no disponen de una red de apoyo social y familiar, creando una bolsa de trabajadores dentro del centro ya que somos instituciones que tienen una infraestructura sólida, y disponemos de un equipo de profesionales con cierta flexibilidad laboral.
Por último se incluye al proyecto el servicio de préstamo de Ayudas Técnicas dentro del programa » Bando Solidario de Ayudas Técnicas», la custodia de llaves así como difundir y sensibilizar el proyecto en la localidad.
La soledad supone uno de los principales problemas actuales para las personas mayores. Y como ocurre con muchos otros problemas sociales, estos se ceban con aquellos más vulnerables.
Una explicación posible es que las personas con niveles socioeconómicos y de estudios más elevados suelen tener una red social más amplia que aquellos con menos estudios y recursos económicos reducidos, lo que les brindaría más oportunidades de interacción social (Hawkley et al., 2008; Savikko et al., 2005).
Es más común que las personas que tienen menos ingresos experimenten más aislamiento social y que sus redes sociales se centren en la familia, mientras que en las clases sociales más altas las redes suelen ser más diversificadas, contando con más amigos (Victor et al., 2000).
Como seres sociales que somos, las personas necesitamos siempre tener relaciones, vínculos e interacción con otros, sea cual sea el lugar en el que vivimos y las situaciones que determinan nuestro modo de vida.
La falta de otras personas a nuestro alrededor causa tantos problemas de salud como los derivados de un estrés psicológico continuado. Por el contrario, la participación activa en la vida familiar y comunitaria se relaciona con el desarrollo personal y sociales en la vejez y es fuente de satisfacción vital, permite la relación con otros de nuestra misma generación y con personas de otras generaciones.
Podemos decir por tanto que la lucha contra la soledad y el aislamiento, también es una lucha contra la exclusión social, contra las dificultades que suponen la integración en la vida comunitaria, no solo por razones económicas y sociales, sino también por razones de edad o aumento del grado de dependencia. De aquí los múltiples objetivos que persigue el programa.
El cuidado digno y especializado en una persona dependiente, supone una carga económica que no todas las familias y/o personas pueden afrontar. La información sobre estos recursos alternativos, la adquisición de ayudas técnicas y la contratación de recursos humanos, suponen en muchas ocasiones un coste económico elevado, lo que este tipo de cuidado digno estaría al alcance económico de pocas familias. El programa presentado pretende facilitar el cuidado digno y especializado de la persona dependiente ofreciendo un recurso alternativo sin coste económico para la familia y/o persona dependiente, teniendo en cuenta la calidad del que recibe los cuidados.
A través del Banco Solidario de Ayudas Técnicas queremos llegar más allá y facilitar a toda la población de Ontinyent y Manises que por cualquier motivo necesite una ayuda técnica de forma temporal, el préstamo gratuito de las mismas, ya que en ocasiones adquirir en lo que ha gasto económico se refiere, supone un coste elevado para la unidad familiar.