14/11/2014
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Gracias al progreso de la atención socio-sanitaria y la medicina cada vez se vive más años y esto conlleva también que haya más personas en situación de dependencia. Una residencia de mayores puede ser pública, privada o una institución social del sector solidario. En la localidad de Manises en Valencia se puede encontrar este tipo de residencias, comprometidas con el bienestar de los ancianos.
La caída accidental constituye una de las mayores preocupaciones en geriatría debido tanto a la frecuencia, como a las causas y los factores de riesgo que implican. Las capacidades físicas decaen a una edad avanzada, lo que potencia la contingencia de caerse y el peligro de agravar el estado de salud.
Caídas accidentales: principales causas y sus consecuencias
Los factores de riesgo son múltiples y resultan mayores en personas afectadas por enfermedades tales como: Parkinson, Alzheimer, diabetes o cualquier tipo de demencia. A esto hay que añadir factores como la pérdida de visión, audición o polimedicación. También las personas con fragilidad pueden tener caídas como consecuencia de afecciones cardíacas, bajadas de tensión, etc.
Entre los factores cardiovasculares, se encuentran las arritmias, una mala irrigación del cerebro y determinados fármacos que pueden ocasionar lipotimias o desmayos y que suspendiendo su toma resuelven el problema.
Además de todos estos factores se debe tener en cuenta la pérdida de masa muscular llamada sarcopenia que conlleva la vejez. Esta pérdida de musculatura aumenta el riesgo de caídas aunque el estado general no sea particularmente deficiente.
Huesos y articulaciones afectados por artritis y artrosis modifican la estructura corporal siendo los principales perjudicados rodillas y pies, lo que ya de por sí dificulta la marcha y hace más fácil el accidente. Si además el anciano sufre de osteoporosis puede sobrevenir la fractura de fémur, una de las más invalidantes.
Los ancianos pueden dañarse gravemente con la caída e incluso poner en peligro su vida ya sea por el hecho en sí o por las complicaciones que del mismo se pueda derivar. Lo que sí se produce, sin duda alguna, es una afectación psicológica que debe ser evaluada y tomada en consideración, ya que supone una importante restricción de la actividad diaria por miedo a nuevas caídas y una mayor dependencia con inmovilidad prematura y en muchos casos una depresión, que incidirá negativamente en su calidad de vida.
La vigilancia y el entrono adaptado, especialmente en la habitación y el cuarto de baño son esenciales para prevenir y reducir las caídas. En caso de producirse la rehabilitación del anciano tras la caída debe hacerse con la colaboración de un equipo médico profesional que implemente ejercicios graduales que permitan recuperar y mantener una mejor posición vertical mejorando su confianza, si fuera necesario, mediante la utilización de muleta, bastón o caminador.
Una residencia de mayores adapta su entorno para que ellos puedan circular por espacios amplios y bien iluminados, descansando en sólidos sillones o sillas adaptadas a sus necesidades y con una total asistencia por parte de cuidadores expertos.
La Residencia San Francisco y San Vicente de Manises ha invertido en los últimos 10 años 1,3 millones de euros para adaptar sus instalaciones, con la ayuda de diversas entidades públicas y privadas como la Conselleria de Bienestar Social de la Generalitat Valenciana, el Ministerio de Sanidad y Servicios Sociales e Igualdad, la Parroquia de San Juan Bautista de Manises, y la colaboración de los Manisenses.
Con el asesoramiento y apoyo de Lares Comunidad Valenciana, la asociación de centros y servicios del sector Solidario. www.larescvalenciana.org
El objetivo de todas estas mejorar ha sido adaptar los espacios para su uso por personas mayores con movilidad reducida y dependencia asociada al envejecimiento, incorporar nuevos equipamientos en habitaciones, salas comunes, gimnasio etc.. y mejorar la tecnología de detección y prevención, nuestras actuales instalaciones las puedes ver en www.sanfranciscoysanvicente.org
